La orden de San Francisco estuvo muy activa en Indias desde el inicio de la conquista y población del continente. El mestizo capitán Francisco Fajardo llamó al valle de los toromaimas San Francisco. A la recién fundada Caracas llegó un grupo de monjes hacia 1576, encabezados por fray Francisco de Arta, con intención de fundar convento e iglesia, con aprobación del Cabildo y vecinos, y alegría general. En 1593 en una información, Bartolomé Mexía de la Canal, cura, dice: " ... que sabe este testigo y ha visto que ha tiempo de diez y siete años, poco mas o menos, que hay en esta ciudad convento del seráfico señor San Francisco ...".
Aunque el templo de San Francisco ha estado planeado y construido en la esquina de su nombre desde 1581, pocos saben que el primer convento de San Francisco se erigió originalmente en la esquina de Camejo noroeste. El célebre plano de Pimentel -que algunos datan con la misma fecha que el Informe con el que iba acompañado, que es de 1578-, fue dibujado en realidad algo posteriormente, al menos de 1580 o 1581, y allí aparece ya señalado el nombre de S. Francisco ocupando todo el espacio de la cuadra, para ubicar en algun solar de ella la iglesia y convento, que al final vino a quedar en la actual esquina de San Francisco. Por lo que debe entenderse que hacia 1581 el solar definitivo de San Francisco ya había sido asignado por el cabildo a su actual emplazamiento.
Mas, antes de dicha fecha -esto es, desde 1576 hasta 1581-, el convento desde su fundación se ubicó en la esquina de Camejo noroeste. De alguna manera este solar de Camejo les pareció inconveniente a los franciscanos, o demasiado alejado o por cualquier otra razón, y entonces se mudan al solar de San Francisco actual, que posiblemente era de Francisco de Rebolledo, quien quizás lo había recibido como dote de matrimonio de su mujer, por parte de su suegro Francisco Maldonado de Armendáriz. Francisco de Rebolledo está registrado que casó en 1580.
El intercambio de solar se hizo, el suyo en San Francisco por otros tres baldíos a cambio, en la cuadra de Sociedad a Traposos, y en fechas posteriores aparece Rebolledo o su mujer, María de Armendáriz, dueños de tres solares en dicha cuadra. Así, María Maldonado de Armendáriz alegaba en 1623 ante el cabildo: "Doña María de Armendáriz, viuda de Francisco de Rebolledo, difunto, parezco ante vuesas mercedes y digo que: Al dicho mi marido se le hizo merced de tres (3) solares que tengo en la cuadra [en] que al presente están las casas de mi morada, por el sitio que dio en trueque de esto para el convento de San Francisco; y porque por mis necesidades notorias no tengo poblado ni cercado uno de los dichos tres, y está mandado se haga, pena de que se proveerán en otras personas los tales solares, ... se me prorroguen un año más ... se me confirme el dicho solar, o en caso necesario se me haga merced de nuevo ...".
La construcción del convento y templo en el nuevo sitio estuvo a cargo de Ruiz Ullán, quien casualmente vivía al norte de la esquina de Camejo, en Sociedad suroeste. Ambos solares serán comprados a Ruiz Ullán y a los franciscanos por Tomás de Ponte en 1597, quien los habita en adelante. Según la declaración de Alonso García Pineda en 1627: "... que estaba fundado [el convento] en las casas donde viven los herederos de Tomás de Ponte ...". Bartolomé de La Canal como testigo en una información promovida en 1593 para solicitar fondos reales para terminar el convento de San Francisco, respondía así una pregunta: "... a la segunda pregunta dixo: Que este testigo sabe y ha visto que, despues quel convento se mudó a la parte donde agora está, el cual mudó el comisario fray Alonso de las Casas, ...".
En una nota al pie de página, sobre esta respuesta, Lino Gómez Canedo dice: "Esta declaración de testigo tan calificado como el párroco de la ciudad, contemporáneo del hecho que atestigua, echa por tierra la creencia -que fue tradicional- de que el convento de San Francisco había estado siempre en el lugar que hoy ocupa." Sobre el comisario general de la orden franciscana con sede en Sto. Domingo, fray Alonso de las Casas, en una información en 1581 en aquella ciudad, se le acusaba: "... del dicho comisario y del dicho vicario, por ser como son hombres que han estado y vivido en el Perú, amigos de alborotos y alborotadores ...".
El maestro alarife Antonio Ruiz Ullán fue el encargado de elaborar el plano y calcular el costo de la obra de la iglesia de San Francisco, que son los mostrados en este artículo. Nace Ruiz Ullán hacia 1549, según su testimonio en algunas informaciones. Natural de Sevilla, hijo de Juan Ruiz Ullán y Juana de Torre. Casó con Mariana de Aguilar y estuvo activo en Caracas hasta 1600, fecha de la culminación del templo. Las obras de la iglesia se retrasaron por falta de fondos y otras causas hasta que se reinician en firme hacia 1593. Hacia 1600 el templo estaba terminado según los planos de Ruiz Ullán y era para entonces la mayor iglesia de la ciudad, superior en construcción y altura a la misma iglesia mayor frente a la plaza. Su fachada presenta la particularidad de no tener campanario, sino una espadaña frontal de dos órdenes donde se dispusieron las campanas (ver plano).
Otro participante notable en la construcción del primer templo de San Francisco fue el maestro carpintero Diego Alonso Matamoros. Nace hacia 1553. Casó con Magdalena Ordóñez "hija natural que soy del capitán Juan Maldonado", quien testó en 1627. En una información en marzo de 1593 declaraba Alonso: "... este testigo ha ocho (8) años, o cerca de nueve, que vino a esta ciudad …". En 1631 da declaraciones a favor de Pedro Vélez de Guevara y declaró ser de mas de 82 años. Tuvo a su cargo el techado y enmaderado del convento de San Francisco y su retablo. Su sobrino Diego Alonso, el mozo, también carpintero, hijo de Pedro Díaz, es a veces confundido como hijo suyo.
Tomás de Ponte, como síndico del convento de San Francisco, impulsó grandemente la terminación de la iglesia según los planos de Ruiz Ullán. Su tumba se hallaba hasta 1620 ubicada "en depósito" en la capilla mayor de esa iglesia, desde donde se trasladaron sus huesos a la capilla de San Diego, en el mismo templo, cuando la terminó su hijo Pablo de Ponte, a quien se la otorgaron los frailes fraciscanos en agradecimiento por la ayuda de su padre. Tomás de Aguirre Guezala poseía una de las cuatro capillas particulares que se otorgaron del lado del Evangelio en la iglesia de San Francisco, a inicios del siglo XVII, llamada capilla de Santa Ana, donde se enterró también su mujer, María Pacheco, hija del conquistador y fundador de Guanare Juan Fernández de León. Juana Videla, fundadora del convento de monjas de la Concepción, testó en 1627 y pide: "... mi cuerpo sea sepultado en el convento del señor San Francisco, ... y mando y pido que si en algún tiempo se hiciese el convento de monjas que está tratado de hacer, mis huesos se trasladen a la iglesia de dicho convento ...". Otros prominentes vecinos también se enterraron en San Francisco. Francisco de Guevara y Rojas, en 1646, pidió en su testamento ser "sepultado en la peaña del altar de Nuestra Señora de la Cabeza, que es mi capilla ...", en el templo de San Francisco. El carpintero Francisco de Medina, en su testamento, registra: "Ítem_ Declaro que yo he tenido cuentas con el maese de campo Domingo Vásquez, y le hice una capilla en el convento de San Francisco desta ciudad, y la concertamos en quinientos pesos, que me debe, ... mas le hice dos tirantes de lazo. Y de la dicha capilla tengo obligación de entablar el coro, y echarle su barandilla dando él la madera, ... y así mismo le hice una ventana que está en la dicha capilla ...".
En 1641 el terremoto arruinó no solo el templo sino el convento donde había 40 religiosos: "... que por viejo y de altos edificios padeció mayor estrago que otro alguno, y viniéndose todo a tierra sin quedar una sola celda en que recogerse cuarenta religiosos moradores que tenía entonces, como no la tuvo en más de seis meses ..." exponía fray Francisco de la Torre Bohórquez, custodio de la provincia de Santa Cruz y Caracas en 1648 diciendo que había en esa fecha 25 religiosos viviendo en celdas mal hechas en el solar que había quedado.
En 1745 se remodela todo el templo, eliminándose las antiguas capillas originales que circundaban las naves laterales, y se crea así la célebre y bella Capilla de la Orden Tercera de San Francisco. En el último cuarto del s. XIX Guzmán Blanco ordena la remodelación de la antigua y venerable fachada hispana, tanto del templo como del convento, "modernizándola" al discutible estilo de su gusto. En 1882 muere el último monje franciscano rector de la Iglesia, el padre Carlos de Arrambide, quien se oponía a Guzmán Blanco, en defensa de la conservación de la fachada de la Iglesia.
Tomado de nuestro Facebook
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