viernes, 7 de febrero de 2014

LA FOTO DE LA PORTADA

Elegí esta imagen para la portada de este sitio porque muestra la plaza mayor poco antes de convertirse en Plaza Bolívar, esto es, antes de que dejara de ser plaza y se convirtiera en un parque arbolado... con nombre de plaza. 


Las plazas indohispanas jamás tuvieron árboles en su recinto, tal como puede apreciarse en el célebre zócalo de Ciudad de México, o en la Plaza de Bolívar en Bogotá. Fue a Guzmán Blanco -con sus ocurrencias modernizantes a la francesa-, a quien se le ocurrió que una plaza hispana como la de Caracas merecía parecerse a alguna de las que había visto en París, y de allí que nuestra plaza mayor no solo se convirtiera -loablemente- en Plaza Bolívar, sino que dejara de ser plaza para volverse parque... 
Durante 350 años la tradicional plaza fue testigo de mercados, juegos de cañas y toros, juras de monarcas metropolitanos, celebraciones públicas o ejecuciones reales y refugio de víctimas de los temblores que sufrió la ciudad, sirvió para todo pues, excepto que a nadie en todos esos largos años se le ocurrió desvirtuarla sembrándole árboles. Sembrar una plaza mayor de árboles, para estos castellanos criollos que tenían bien claro lo que era una plaza, les hubiera lucido como sembrar auyamas no en la huerta de sus casas, sino en la sala.

Ojalá algún día un serio urbanista restaurador devuelva a la Plaza Bolívar su amplitud y calidad de plaza abierta, foro de vecinos y centro social civil, como lo fue por 350 años, y se extirpe de ella esa manía de encorralar a la gente en un asterisco de caminerías entre árboles afrancesados. 
Si, es una idea osada, pero es devolver a la Plaza Bolívar su condición de plaza.
Tomado de nuestro facebook


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