El Teatro de la Comedia, o del Conde, fue mandado a construir entre las esquinas de Conde a Carmelitas por el gobernador don Manuel González Torres de Navarra, quien lo donó a la ciudad en 1784. Sus sucesivos arrendatarios fracasaban, a pesar de sus intenciones de llevar buenas comedias a escena, porque el público era al parecer más adicto a actos de payasadas y circerses que a digerir verdadero teatro.
Dice Carlos Manuel Möller: "La historia nos cuenta que Humboldt asistió a una de esas funciones, y tan aburrido estaba de la mal representada comedia, que prefirió escudriñar el cielo en busca de alguna estrella de su predilección, mientras en la escena los cómicos rezaban sus papeles a la luz de malolientes candiles de aceite de coco, manteca o sebo de res. Aquellos cómicos -nos dice Depons- eran de una pésima declamación. Carecían de gracia en sus movimientos y su voz era una especie de balbuceamiento monótono, semejante al tono con el que un niño de diez años recita su lección mal estudiada..."
Tomado de nuestro Facebook
Tomado de nuestro Facebook
No hay comentarios:
Publicar un comentario